martes, octubre 15, 2024
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Commelina erecta: una Santa ‘no tan santa’

Según la Rem de Aapresid (Rem), esta maleza tolerante a glifosato aumentó su presencia en los lotes casi un 30% en los últimos años . Aquí un repaso para no pasarla por alto.

Commelina erecta, conocida con el nombre de Flor de Santa Lucía, es una especie perenne, herbácea, que se reproduce a partir de semillas y de rizomas. Es una monocotiledónea que puede confundirse con una gramínea, pero que en realidad pertenece a la familia Commelinaceae. 

Posee hojas lanceoladas y flores de grandes pétalos azul-violáceos y sus frutos son cápsulas que producen dos tipos de semillas: alargadas de baja dormición, y ovoides de mayor dormición que pueden permanecer en el banco de semillas más allá de dos años desde su dispersión. 

El periodo de emergencia ocurre desde fines de octubre hasta los primeros días de febrero (Figura 1). Por supuesto que la dinámica varía año a año, según regiones, cultivo antecesor y nivel de cobertura, entre otros, por lo que el monitoreo sigue siendo la práctica indiscutible para un buen manejo.

La capacidad de propagarse tanto por semillas como por rizomas, hace que a la emergencia de plántulas desde semillas se sume el rebrote de rizomas a inicios de primavera. Para peor, las plantas que emergen de los rizomas tienen e mayor rusticidad, , fecundidad,  tasas de crecimiento y tolerancia a herbicidas.  

Figura 1: Curva de emergencia de Commelina erecta – Zavalla (2000 y 2001).

Fuente: Curvas de emergencias REM 

Comelina ‘la tolerante’

Esta especie es tolerante al glifosato.  Esto significa que, a diferencia del fenómeno de resistencia, Commelina nunca presentó susceptibilidad a este herbicida.   

Con la incorporación de soja resistente a glifosato, este herbicida se convirtió en la principal herramienta para el control de malezas, provocando  el aumento en la presión de selección e incrementando la frecuencia de individuos tolerantes, haciendo más difícil  su control. 

Commelina erecta: una Santa ‘no tan santa’
Commelina erecta: una Santa ‘no tan santa’

¿Cómo avanza Commelina?

Según los mapas de presencia de malezas resistentes y tolerantes que genera cada dos años la Red de Manejo de Plagas de Aapresid (Rem)   la Flor de Santa Lucía presentó un crecimiento en superficie entre 2013 y 2021, pasando de estar presente en 117  a 164 departamentos , es decir en más del 80% de los departamentos encuestados.

Imagen 1: Mapa de presencia de Commelina erecta tolerante a glifosato, 2013 y 2021.

Fuente: Mapa de malezas – REM Aapresid

Manejo de una Santa no tan ‘santa’ 

Debido a su gran capacidad para persistir y  colonizar nuevas áreas, es imprescindible buscar herramientas complementarias al control químico y pensadas a largo plazo y bajo criterios de alternancia.

El avance de commelina suele arrancar  en los alambrados y cabeceras, en manchones.  Es en ese momento donde deben priorizarse las estrategias de control, tanto químicas como mecánicas o manuales (extrayendo los rizomas), para evitar la dispersión. Cuando la infestación es masiva en todo el lote  es clave aplicar tratamientos químicos combinados en otoño y primavera, teniendo en cuenta la perennidad de la especie.

Para el tratamiento del barbecho de otoño luego de la cosecha del cultivo estival y previo a las primeras heladas, cuando las plantas están aún con follaje verde y en crecimiento, debe apuntarse a herbicidas sistémicos (como mezclas de glifosato + 2,4D en altas dosis) capaces de llegar a los rizomas, afectando  la acumulación de reservas en los rizomas y el consecuente rebrote de primavera. 

En primavera, el objetivo de control será desecar la maleza para dar tiempo al cultivo estival de cerrar el surco.  antes del rebrote.  Si bien los herbicidas de  presiembra o preemergencia disponibles para esto no son altamente eficaces, los mayores controles se alcanzan con 2,4 D y 2,4 D sal colina (Hormonales). En un escalón más abajo se encuentran Amicarbazone (FII), Atrazina (FII), Paraquat (FI), Carfentrazone (PPO), Saflufenacil (PPO), Piraflufén (PPO), Glufosinato de amonio (Inh. Glut. Sint.), Dicamba (Hormonal) y Picloram (Hormonal).  

Cabe destacar que la estrategia más exitosa dependerá principalmente del tamaño de la maleza y la distribución en el lote. Ej: si son plantas de hasta 10 cm o de semilla, se pueden alcanzar controles eficientes con Paraquat. Cuando tienen entre 10 a 15 cm se debe recurrir a la combinación de activos como Glifosato + 2,4D + algún acompañante (carfentrazone, flumioxazin, sulfentrazone, saflufenacil); mientras que con tamaños superiores, se puede recurrir a la técnica del doble golpe con Glifosato + 2,4D / Paraquat en la segunda aplicación, solo o en mezcla para aumentar el efecto  (con diurón, flumioxazin, metribuzin o  atrazina).  

Ante rebrotes dentro del cultivo,  el uso de materiales tolerantes (ej: Enlist)  ofrece la posibilidad de aplicar con el cultivo ya instalado. En dicha situación, la aplicación oportuna de glifosato en post emergencia del cultivo y con la maleza en estado juvenil, es una buena alternativa ya que, si bien no elimina la maleza, reduce su producción de biomasa y de semillas, reduciendo posibles  pérdidas de rendimiento.  ¿Qué herbicidas de postemergencia aparecen como los más eficientes? :  Glufosinato de amonio (Inh. Glut. Sint.), 2,4 D sal colina (Hormonal), Lactofen (PPO), Fomesafen (PPO) o Benazolin (Hormonal).

La hora de aplicar: que el costo del herbicida no se pague con malas decisiones 

La eficacia de los tratamientos se reduce en plantas de mayor tamaño, por lo que es clave el monitoreo y la aplicación temprana.

  • El uso de coadyuvantes y la corrección del pH del agua de aplicación aportan a la eficiencia de control mejorando el ingreso del activo a la planta
  • Respetar el periodo de carencia entre aplicación y siembra del cultivo.
  • Combinar principios activos en mezclas y aumentar dosis al máximo recomendado por marbete.

Para más información sobre la eficiencia de activos para malezas tolerantes, la Rem recomienda la  Guía de control químico de malezas  del INTA Pergamino.

Queda claro que ningún tratamiento químico por sí solo alcanza sin una estrategia integrada, química y cultural.  En otras palabras, esto implica que todo tratamiento con herbicida debe acompañarse de prácticas que generen el ambiente más propicio para el cultivo y menos amigable para la maleza. Un ejemplo es la reducción de la distancia entre surcos y el uso de herramientas que aseguren la emergencia homogénea del cultivo (calidad de siembra, nutrición, etc.). Como dicen: ‘mas vale maña que fuerza’

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