Investigadores del INTA y la UNLP estudian una innovadora combinación de microorganismos derivados del kéfir y bacterias probióticas para potenciar la salud intestinal, hepática e inmunológica en la producción avícola. Una alternativa natural y sostenible
Esta investigación, cuyos hallazgos fueron publicados en la revista German Journal of Veterinary Research, se centró en evaluar el impacto de suplementar el agua de bebida de los pollos de engorde con una fracción microbiana concentrada de kéfir y bacterias del género Lactiplantibacillus plantarum subsp. plantarum. Los probióticos son ampliamente reconocidos por su capacidad de fomentar una microbiota intestinal equilibrada, que es fundamental para una eficiente digestión, óptima absorción de nutrientes y una mejor resistencia natural del animal a diversas enfermedades. Según Dante Bueno, médico veterinario e investigador del INTA, «El kéfir y los probióticos ofrecen un alto potencial gracias a sus propiedades para inhibir patógenos como Salmonella y Escherichia coli, proteger células y estimular el sistema inmune».
El estudio se extendió durante 28 días, tiempo en el cual los investigadores administraron esta prometedora combinación microbiana a un grupo de pollos de engorde, comparando sus resultados con un grupo de control que no recibió la suplementación. Los resultados obtenidos fueron «alentadores», tal como señaló el investigador Bueno, destacando una significativa protección hepática, con reducciones de hasta un 34 % de lípidos en este órgano clave del metabolismo. Además de los beneficios hepáticos, se registraron importantes mejoras en la morfología intestinal, observándose mayor altura de vellosidades y menor profundidad de criptas, lo que se traduce directamente en una mejor capacidad de las aves para absorber nutrientes de manera más efectiva.
A nivel de la salud general y el sistema inmune, la investigación arrojó evidencia de una microbiota más diversa y equilibrada. Dante Bueno explicó que también se comprobó un fortalecimiento de la inmunidad natural de las aves y un sistema inmune más eficiente. «Estos resultados evidenciaron variaciones positivas en leucocitos, proteínas plasmáticas y menor translocación bacteriana hacia órganos como el hígado y el bazo», detalló el experto. Estos hallazgos demuestran el potencial de esta tecnología para mejorar de forma integral el bienestar y la fisiología de los animales en producción.
Francisco Federico, especialista del INTA que participó del estudio, subrayó que estos resultados representan «un paso importante hacia el desarrollo de aditivos funcionales que promuevan el bienestar animal y la sostenibilidad de la producción avícola«. La implementación de este tipo de tecnologías biológicas y naturales en los sistemas productivos no solo optimiza la eficiencia y la salud de las aves, sino que también contribuye al desarrollo de una avicultura más segura y responsable a nivel global, integrando alternativas naturales en la búsqueda de una producción más sostenible.
