El INTA Cerro Azul desarrolla plantas con un 30 % más de rendimiento. Estas nuevas variedades, que estarán disponibles para 2026, buscan potenciar la productividad y adaptarse a distintos ambientes.
El INTA Cerro Azul, en Misiones, lleva más de medio siglo trabajando en el mejoramiento genético de la yerba mate. Actualmente, desarrollan nuevas variedades que prometen un incremento del 30 % en rendimiento respecto a las actuales. Este avance es resultado de rigurosas selecciones genéticas basadas en un ranking de la población del INTA.
Según Vanesa Schoffen, referente del programa, se han implementado huertos semilleros clonales, ensayos de progenies y cruzamientos controlados entre los mejores genotipos. “Estas plantas estarán disponibles para pruebas internas en 2026 y se espera que las semillas lleguen al mercado entre 2028 y 2029”, explicó la especialista.
Los ensayos de campo, realizados en Liebig, Oberá y Montecarlo, ya muestran diferencias en el crecimiento según el ambiente, indicando interacción genotipo-ambiente. Esto es clave para asegurar que las variedades seleccionadas rindan óptimamente en diferentes condiciones climáticas y de suelo, un aspecto esencial para la producción sostenible.
Con estos nuevos materiales, el INTA busca no solo aumentar la cantidad de semillas disponibles, sino también garantizar variedades de alto rendimiento y estabilidad a largo plazo. Estos avances prometen marcar un antes y un después en la productividad de los productores yerbateros, cuya inversión en genética adecuada puede asegurar mejores resultados por décadas.
