El Sistema Nacional de Trazabilidad Individual Electrónica, que se implementará en marzo de 2025, permitirá optimizar la competitividad y rentabilidad de la ganadería bovina, bubalina y de cérvidos. El INTA presentó resultados preliminares que destacan su impacto positivo en la selección genética, la adaptación productiva y la calidad exportadora.
En el marco de las Jornadas Técnicas de Diferencial de Consumo en Bovinos realizadas en la Estación Experimental Mercedes del INTA Corrientes, el Gobierno nacional, junto con el INTA y productores de la región, presentó los avances del Sistema Nacional de Trazabilidad Individual Electrónica. Esta herramienta permitirá registrar de forma detallada la historia reproductiva y productiva de cada animal, beneficiando tanto a productores como a la industria exportadora de carnes.
Estudios realizados sobre 8 rodeos de vacas en Corrientes, con 5.000 vientres totalmente identificados mediante caravanas electrónicas, revelaron cómo este sistema posibilita evaluar la adaptación de los vientres al entorno productivo. Se pueden identificar animales con mayor eficiencia reproductiva, menor necesidad de intervención y mejor desempeño en el destete, contribuyendo así a optimizar la selección genética y productiva.
Además, se analizaron diferencias en la adaptación de vaquillonas a diversos sistemas de recría y se registraron variaciones genéticas en el aumento de peso. Estos datos permiten ajustar estrategias sanitarias, nutricionales y genéticas, con un impacto directo en el bienestar animal, la seguridad laboral y la calidad de las carnes exportadas.
La implementación del sistema comenzará en marzo de 2025, coincidiendo con el destete anual y los movimientos de terneros. Actualmente, una Licitación Pública Internacional se encuentra en marcha para garantizar que los dispositivos electrónicos lleguen a los productores de todo el país, fortaleciendo el perfil exportador de Argentina en carnes de alta calidad.
El evento también abordó los resultados de estudios nutricionales en bovinos, realizados mediante módulos RFI, que permiten medir la eficiencia en la conversión alimenticia. Esta metodología moderna aporta datos precisos para optimizar la selección de animales, reducir costos y mejorar la rentabilidad de los productores.