El estudio mostró una alta rotación de cultivos y fuerte presencia de cereales en secuencias.
El INTA analizó las secuencias de cultivos en Argentina a lo largo de seis campañas agrícolas consecutivas, utilizando como fuente el Mapa Nacional de Cultivos generado con imágenes satelitales y datos de campo. El estudio abarcó desde la campaña 2018/2019 hasta la actual 2023/2024, identificando cerca de 60.000 combinaciones posibles de cultivos.
El trabajo evaluó indicadores como la intensidad de siembra y la cantidad de campañas con soja o maíz de primera. Las secuencias más comunes incluyeron rotaciones como maíz-soja o maíz-soja-trigo/soja. La soja de primera mostró alta concentración en la zona núcleo, cerca de centros industriales y puertos, mientras que el maíz apareció con más frecuencia en regiones periféricas, con menor acceso a esos centros y menos lluvias.
Uno de los datos clave fue que el 36% del área agrícola presentó solo un cultivo por año, sin dobles cultivos, en regiones como el oeste pampeano, Santiago del Estero y Salta. Aunque el maíz es el segundo cultivo más sembrado, su presencia en secuencias completas fue menor: solo un 25% tuvo tres o más campañas con maíz.
El estudio también reflejó que la cercanía a los puertos y el tamaño de las parcelas inciden directamente en las estrategias productivas. Las tierras arrendadas, con costos más altos, tienden a priorizar cultivos de rápido retorno como la soja. En cambio, los campos más grandes y alejados suelen integrar más rotaciones, incluso con maíz.
Desde el INTA destacan que estos datos no solo permiten comprender cómo se produce en el país, sino que pueden servir como base para políticas públicas que incentiven prácticas sustentables y detecten zonas con monocultivo.
La información ya está disponible públicamente en plataformas como INTA.GEO y busca sumar transparencia y valor agregado a la producción agrícola argentina.
