Ensayos del INTA Oliveros confirman beneficios en suelos y biodiversidad sin pérdidas económicas.
Un equipo de investigación del INTA Oliveros, Santa Fe, lleva una década estudiando cómo implementar estrategias de agricultura regenerativa circular en un campo de 300 hectáreas. Los resultados demuestran mejoras en la salud del suelo, biodiversidad y control de plagas, manteniendo la rentabilidad de los sistemas agropecuarios.
Según Juan Carlos Gamundi, investigador a cargo, la integración de agricultura y ganadería bajo este esquema regenerativo aumentó la materia orgánica del suelo y mejoró su pH, factores esenciales para la vida del suelo. Por su parte, Aranza Rodríguez, becaria del proyecto, explicó que esta práctica se basa en principios como evitar el laboreo, mantener el suelo cubierto y fomentar la biodiversidad.
En los ensayos, el uso de cultivos de cobertura multiespecies disminuyó un 77 % las malezas y permitió reducir un 40 % el uso de insumos químicos. Esto representó ahorros de hasta USD 233 por hectárea al año. Además, la biodiversidad promovió el control biológico de plagas, disminuyendo la dependencia de productos químicos.
El sistema incluye el pastoreo con novillos sobre cultivos de cobertura, logrando ganancias de peso de hasta 1 kg por día. Según Juan Ibarlucea, jefe de la Agencia de Extensión INTA Roldán, esta estrategia no solo mejora el forraje sino que también cubre los costos de los cultivos de cobertura.
Los investigadores destacan que la agricultura regenerativa no solo genera beneficios económicos y ambientales, sino que también atrae a técnicos, productores y estudiantes interesados en implementar este modelo en sus campos.
