La detección temprana de malezas resistentes es clave para una agricultura sostenible. Investigadores y productores trabajan en conjunto para confirmar casos en laboratorio y ajustar prácticas de manejo.
El manejo de malezas resistentes es uno de los mayores desafíos en la agricultura actual. En Argentina, la resistencia a herbicidas crece como una problemática que impacta tanto en los costos de producción como en la sostenibilidad de los cultivos.
El proceso comienza en el campo, donde los productores identifican sospechas de resistencia al observar que ciertos herbicidas pierden efectividad en algunas malezas. Estas sospechas deben ser confirmadas en laboratorio para asegurar que no se trata de errores de aplicación o condiciones ambientales adversas.
El laboratorio, mediante análisis genéticos y bioensayos, permite determinar la resistencia a distintos modos de acción. Esto resulta fundamental para ajustar las estrategias de manejo en el lote afectado. “La clave está en combinar prácticas culturales y químicas para evitar la selección de biotipos resistentes”, afirman especialistas.
El trabajo colaborativo entre productores, técnicos y científicos juega un rol central. Capacitar al sector agrícola y promover el monitoreo constante son herramientas indispensables para mitigar el avance de estas malezas.
La detección temprana y el manejo integrado son aliados imprescindibles para mantener la productividad y proteger los recursos agrícolas. A medida que evoluciona la tecnología, surgen nuevas herramientas que permiten anticiparse a la resistencia y sostener la eficiencia de los sistemas productivos.
FUENTE : https://www.aapresid.org.ar/blog/malezas-resistentes-sospecha-campo-confirmacion-laboratorio
