Con 86 años, el fundador de Rusticana recibió el Testimonio Clarín a la Industria Semillera 2025 por su trayectoria y aporte a la genética de maíz en Argentina y el mundo.
Sam Hyland, referente indiscutido de la genética de maíz en Argentina, fue distinguido con el Testimonio Clarín a la Industria Semillera 2025. A los 86 años, sigue recorriendo ensayos y lotes como el primer día, liderando con pasión la empresa que fundó hace más de tres décadas.
Hyland comenzó su carrera en el sector energético, pero su destino cambió al vincularse con la familia Morgan, fundadora de uno de los semilleros más importantes del país en las décadas del 70 y 80. Se formó en las universidades de Houston e Iowa, en Estados Unidos, y fue accionista y director de Morgan, donde tuvo un rol central en el crecimiento de la compañía.
En 1993, luego de la venta de Morgan, fundó Rusticana en Colón, provincia de Buenos Aires. Con capital 100% nacional y un fuerte enfoque familiar, la empresa se dedicó desde sus inicios a proveer genética de maíz bajo licencias y servicios a la industria semillera. Hoy, más de una docena de compañías comercializan semillas desarrolladas por Rusticana.
Rusticana es reconocida por su banco de germoplasma único, con materiales adaptables a zonas templadas y subtropicales. Fue pionera en el desarrollo de maíces Flint para industrias como Kellogg’s, ARCOR y Quilmes, así como híbridos con alto contenido de aceite para Cargill. También avanzó en el uso de eventos transgénicos post-patente, y su genética ya está presente en países como Brasil, Estados Unidos, Uruguay, Paraguay, Bolivia y México.
Actualmente, la empresa alcanza el 4% del market share argentino y tiene más de 20 licenciatarios. Con tres generaciones involucradas en el negocio, Peter Hyland –hijo de Sam– es quien lleva hoy adelante el día a día, mientras su padre sigue siendo el alma de un proyecto que combina innovación, experiencia y visión global.
El premio a Sam Hyland no solo reconoce una trayectoria, sino también una forma de hacer empresa en el agro: con compromiso, conocimiento y la convicción de que la genética nacional puede competir en lo más alto.



