Ensayos del INTA Marcos Juárez mostraron que el yeso duplicó la biomasa de trigo y multiplicó por más de tres los rendimientos de maíz en suelos salinos del sudeste cordobés.
En el sudeste de Córdoba, cerca del 40 % de los suelos presenta problemas de salinidad y alcalinidad. Estos ambientes, usados para agricultura pese a su aptitud ganadera, muestran rendimientos variables y bajos, con fuerte dependencia del clima.
Frente a esta situación, investigadores del INTA Marcos Juárez evalúan distintas estrategias: desde labranzas y coberturas hasta el uso de enmiendas químicas, orgánicas y biológicas. También exploran la selección de variedades más tolerantes y el mejoramiento genético de cultivos adaptados a estas condiciones.
Entre los ensayos destacados, el yeso (sulfato de calcio) mostró resultados sobresalientes. Aplicado en dosis de 2000 a 8000 kilos por hectárea, mejoró la estructura del suelo, redujo la alcalinidad y aumentó la disponibilidad de nutrientes. En maíz, permitió triplicar los rendimientos incluso en un año seco.
En trigo, la aplicación de yeso duplicó la biomasa con dosis bajas de 2000 kilos por hectárea. Según Bethania Aimetta, investigadora del INTA y coordinadora del Congreso de Salinidad, estas prácticas ofrecen un camino real para recuperar la productividad de los ambientes salinos y prevenir futuros procesos de degradación.
El tema forma parte del Congreso de Salinidad, que se desarrolla en Córdoba hasta el 1 de agosto bajo el lema “Ambientes salinos: desafíos para su integración en sistemas agropecuarios sustentables”. Allí, especialistas de todo el país discuten soluciones innovadoras para enfrentar este problema creciente.