El INTA La Rioja recomienda adaptar las prácticas de control de arbustos para mantener sus beneficios ecosistémicos, sin afectar la producción ganadera.
En los Llanos Riojanos, la abundancia de arbustos puede reducir la producción de forraje, lo que lleva a la aplicación de prácticas que, si no se planifican cuidadosamente, pueden dañar los árboles y afectar la recuperación del bosque. Por eso, el INTA La Rioja propone mejorar las estrategias de control para preservar los beneficios de las especies leñosas.
Luis Guzmán, técnico del INTA La Rioja, explicó que los arbustos brindan múltiples beneficios: mejoran la fertilidad del suelo, dan refugio y alimento a la fauna, aumentan la diversidad de pastos y sirven como forraje para los caprinos. “No buscamos reemplazar las prácticas tradicionales, sino ajustarlas para lograr un equilibrio entre la oferta de pastos y la conservación del ecosistema”, afirmó Guzmán.
Desde 2019, se estudian las diferencias entre plantas leñosas en zonas con desarbustado manual y áreas roladas. Las características de estas plantas influyen en la dinámica del ecosistema, desde la productividad forrajera hasta la regulación hídrica y el secuestro de carbono.
El estudio abarca especies como tintitaco, lata, tusca, jarilla, brea, tala chico, quebracho blanco y algarrobo negro. Los arbustos demostraron alta resistencia al desarbustado, con mayor capacidad de rebrote y cambios en sus hojas y espinas, lo que refuerza su defensa contra la herbivoría.



