La cojera en cerdas reproductoras es una de las principales causas de descarte y genera pérdidas económicas, menor rendimiento reproductivo y un impacto directo en el bienestar animal.
La claudicación o cojera es una afección que altera la locomoción de las cerdas y representa la segunda causa de descarte en planteles reproductores, solo superada por los problemas reproductivos. Además del dolor y el sufrimiento que provoca, reduce la productividad y acorta la vida útil de las hembras, elevando los costos de reposición y afectando la rentabilidad de las granjas porcinas.
Las causas más frecuentes incluyen pisos resbaladizos o abrasivos, humedad excesiva, golpes, deficiencias nutricionales y problemas en la conformación de las pezuñas. Estudios europeos muestran que hasta un 24 % de las cerdas puede sufrir claudicación, especialmente en sistemas intensivos. Las lesiones suelen aparecer durante la gestación grupal, etapa en la que aumenta la interacción entre animales y el riesgo de accidentes.
El impacto de esta condición va más allá del movimiento. La claudicación incrementa el estrés y los niveles de cortisol, afectando la ovulación, la gestación y el desarrollo de los lechones. Las cerdas que claudican tienen menores tasas de parto, más nacidos muertos y lechones de menor peso, lo que se traduce en pérdidas directas en la productividad del sistema.
Para reducir su incidencia, los especialistas recomiendan un enfoque integral: seleccionar hembras con buena conformación estructural, asegurar una nutrición equilibrada en calcio, fósforo y vitaminas, mantener pisos seguros y controlar periódicamente las pezuñas. Detectar tempranamente las lesiones y aplicar medidas preventivas es clave para preservar el bienestar animal y mejorar la eficiencia económica de las granjas porcinas.


