Con una red de 70 drones, INTA aplica esta tecnología en agricultura, riego y forestación, aportando soporte técnico y generando herramientas clave para el sector productivo.
El uso de drones, o vehículos aéreos no tripulados, creció de forma exponencial en los últimos dos años, transformándose en una herramienta estratégica para la agricultura y la gestión territorial. En este contexto, el INTA incorporó esta tecnología con múltiples objetivos, entre ellos la teledetección, el monitoreo de cultivos y la planificación del riego.
La institución cuenta con una red nacional de aproximadamente 70 drones, que permiten desde el relevamiento topográfico para modelos digitales de elevación hasta el análisis de estructuras forestales y el seguimiento fenológico de los cultivos. La versatilidad de estas herramientas tecnológicas las convierte en aliadas clave para generar información precisa y de alta resolución.
Desde el INTA destacan que, si bien el ingreso de drones en el sector privado fue veloz, muchas veces no estuvo acompañado por el soporte técnico adecuado. Por eso, el organismo trabaja actualmente en vincularse con las empresas proveedoras de drones para validar su uso y fortalecer su implementación, aprovechando el conocimiento agronómico acumulado en cada región.
Gracias al programa TCH, el INTA también cuenta con pilotos habilitados legalmente, lo que le permite operar drones con distintos tipos de cámaras: multiespectrales, fotogramétricas de alta resolución, y hasta escáneres láser LIDAR, que se utilizan para evaluar biomasa y estructuras forestales. Esta combinación de capacidades técnicas y operativas posiciona al INTA como un actor clave en la aplicación inteligente de drones en el territorio nacional.