Desde la Estación Experimental Marcos Juárez, el INTA asesora a productores en el uso agronómico de efluentes pecuarios, una práctica que mejora la fertilidad del suelo, reduce el impacto ambiental y aumenta los rendimientos agrícolas.
Desde hace más de trece años, el equipo del INTA Marcos Juárez trabaja en la gestión de residuos pecuarios con un enfoque agronómico. La ingeniera agrónoma y doctora en Ciencias Agropecuarias Vanesa Pegoraro, integrante del área de suelos y producción vegetal, explicó que la iniciativa surgió a partir de la demanda del sector ganadero, especialmente del porcino, interesado en aprovechar los efluentes como fuente de nutrientes para los cultivos agrícolas.
Los primeros ensayos experimentales se realizaron en cultivos de maíz, trigo y soja, evaluando distintas dosis, momentos y métodos de aplicación. Los resultados permitieron brindar respuestas concretas a los productores y generar información clave para la toma de decisiones públicas.
En 2017, la provincia de Córdoba se convirtió en pionera al establecer una normativa específica para la gestión y el uso agronómico de los residuos pecuarios. Desde entonces, el INTA mantiene un trabajo conjunto con organismos públicos y productores para evaluar el funcionamiento de los sistemas de tratamiento, principalmente en establecimientos porcinos y tambos.
Actualmente, los estudios se centran en analizar la eficiencia de las lagunas anaeróbicas y el impacto del uso de efluentes sobre los suelos, considerando parámetros físicos, químicos y microbiológicos. Estas investigaciones se realizan junto a instituciones como CPROCOR y la Universidad Nacional de Córdoba, consolidando una red de trabajo que busca transformar un residuo en un recurso valioso para la producción sustentable.
