Descubrí métodos eficientes para retener agua en suelos agrícolas y mejorar su productividad, ¡aprovechá al máximo la lluvia!
Las recientes precipitaciones han recargado las reservas hídricas del suelo, brindando una oportunidad para el sector agropecuario. Ante el pronóstico de eventos climáticos como La Niña, se enfatiza la necesidad de mejorar la capacidad de captación y almacenaje de agua en el suelo mediante prácticas agronómicas adecuadas. Pablo Mercuri, del INTA, enfatiza que el suelo puede almacenar hasta 100 mm de agua de lluvia y destaca la importancia de conservarla mediante técnicas específicas. Aunque las lluvias recientes benefician la producción, se reconoce la variabilidad climática y la importancia de adaptarse a ella con prácticas sostenibles.
Se presentan diversas estrategias agronómicas, desde la sistematización de lotes hasta el manejo cuidadoso de la cosecha, para conservar el agua y garantizar su uso eficiente. Los especialistas insisten en la importancia de cuidar el suelo y dirigir el agua hacia los cultivos, evitando pérdidas por evaporación y competencia con malezas. En este sentido, se destaca la necesidad de planificar a largo plazo, con enfoque en la prevención de la compactación del suelo y la promoción de una estructura porosa óptima. Además, se subraya la importancia de mantener una cobertura vegetal adecuada para proteger el suelo de la erosión y mejorar la infiltración del agua.
Martín Díaz Zorita, de la Universidad de La Pampa, resalta el papel crucial del suelo como un reservorio natural de agua que amortigua los momentos de escasez y facilita la gestión del agua durante el crecimiento de las plantas. Se hace hincapié en la necesidad de gestionar el otoño de manera eficiente para maximizar la captación de agua y minimizar su pérdida. Además, se enfatiza la importancia de evitar la compactación del suelo durante la cosecha y de dirigir el agua hacia los cultivos mediante prácticas de manejo de rastrojos y control de malezas. En resumen, se destaca la importancia de adoptar prácticas agronómicas sostenibles que maximicen la conservación y el uso eficiente del agua en los suelos agrícolas, garantizando así la seguridad alimentaria y la sustentabilidad a largo plazo.
