Especialistas del INTA Balcarce lanzaron una advertencia: la creciente deficiencia de zinc en los suelos pampeanos, incluso en el sur bonaerense, está comprometiendo la producción de trigo y cebada.
La falta de este micronutriente, esencial para las plantas, puede generar pérdidas de rinde que oscilan entre el 5% y el 15%, obligando a repensar las estrategias de diagnóstico y fertilización en los sistemas productivos.
El «nuevo» problema del sur bonaerense
Históricamente, la atención en la fertilización de los suelos de la Región Pampeana se centró en los nutrientes principales como nitrógeno y fósforo. Sin embargo, un reciente relevamiento de la Unidad Integrada Balcarce (INTA-CONICET-UNMdP) reveló que alrededor del 66% de los suelos pampeanos ya exhibe niveles de zinc entre medios y bajos. Lo más preocupante es que esta problemática, antes confinada al norte, se manifiesta ahora con claridad en el sur de Buenos Aires, una zona clave para la producción de cereales de invierno. La tendencia es clara: lo que antes no era una limitante, hoy sí lo es.
Pérdidas que superan el costo de la solución
La deficiencia de zinc no es un problema menor en términos económicos. En un suelo con niveles bajos del micronutriente, las pérdidas de rinde pueden alcanzar hasta los 840 kilos de trigo por hectárea. El contraste es notorio al compararlo con el costo de la solución: la fertilización con zinc oscila entre los 18 y 20 dólares por hectárea. Para los especialistas, esta diferencia es contundente: invertir en el diagnóstico y la reposición inteligente del zinc no es un gasto, sino una estrategia rentable para «blindar» el rendimiento y evitar mermas que superan ampliamente el costo de aplicación.
Clave fisiológica y de manejo
La importancia del zinc trasciende la simple reposición, ya que es fundamental para procesos fisiológicos claves en los cultivos, como la fotosíntesis, la síntesis de proteínas y el metabolismo de hormonas. Su carencia no solo afecta el crecimiento, sino que también reduce la eficiencia con la que el cultivo utiliza otros nutrientes vitales como el nitrógeno y el fósforo. Para un manejo adecuado, el INTA recomienda realizar un diagnóstico preciso mediante la determinación de zinc extractable en muestras de suelo, aconsejando tomar entre 25 y 35 submuestras por lote.
Opciones para reponer y potenciar
Existen diversas formas de aplicar el zinc, incluyendo mezclas sólidas, fertilizantes compuestos, tratamientos de semillas o aplicaciones foliares. La práctica que gana terreno es la aplicación conjunta de zinc y fósforo, ya que esta sinergia mejora la distribución en el suelo y optimiza la absorción por la planta. Dado que el zinc tiene baja movilidad en el perfil del suelo, la estrategia a largo plazo debe ser elevar los niveles hasta 1,3 partes por millón (ppm). De esta forma, la fertilización no solo repone lo exportado por la cosecha, sino que también contribuye a mejorar el capital nutricional del suelo a futuro.
FUENTE : https://intainforma.inta.gob.ar/alertan-por-deficiencias-de-zinc-que-afectan-al-trigo-y-la-cebada/