Hace un cuarto de siglo, la aprobación comercial del 1° maíz Bt, destinado al control del barrenador, marcó el inicio de la más significativa revolución agrotecnológica del siglo XXI: el maíz tardío.
A este evento le siguieron otras aprobaciones para el control del cogollero e isoca de la espiga. Esta protección de la planta frente a las principales plagas permitió la flexibilización de la fecha de siembra, pasando de las siembras tempranas en septiembre a las tardías en noviembre-enero.
La práctica de sembrar refugios se convirtió en un pilar fundamental. Como consecuencia, se mejoró el aprovechamiento de las lluvias y la humedad del suelo. De este modo, el cultivo de maíz se expandió más allá de la zona núcleo, alcanzando el norte de Córdoba y Santa Fe, así como las regiones del NOA y NEA.
En la actualidad, el 70% del maíz argentino es de variedades tardías, aportando 50 millones de toneladas a la cadena agroindustrial. Estas toneladas se transforman en carne, leche, huevos, etanol, pegamento, cerámica, endulzantes, textiles, papel y una variedad de productos.
¡Felices 25 años, maíz Bt! Y recordemos ser responsables sembrando los refugios para que podamos celebrar muchos años más de este avance tecnológico en la agricultura.