Especialistas del INTA desarrollaron una cereza electrónica con sensores que detecta golpes en el empaque y transporte, optimizando procesos y reduciendo pérdidas en el mercado exportador.
Argentina exportó más de 7 mil toneladas de cerezas en 2024, alcanzando destinos en Europa, EE.UU., y Asia. A fin de mantener y mejorar la calidad del producto, el INTA presentó una innovadora “cereza electrónica” que registra golpes durante el empaque y transporte.
Esta tecnología fue creada por el Laboratorio de Agroelectrónica del INTA y simula una cereza real en peso, tamaño y dureza. Mediante sensores y un transmisor Bluetooth, envía datos sobre los impactos que las frutas reciben, información clave para ajustar procesos y reducir descartes.
Las pérdidas comerciales por el daño conocido como pitting son significativas: se estima que hasta un 5% de las cerezas se pierden por golpes en el traslado. Implementar esta herramienta podría reducir las pérdidas a la mitad, lo que representa una ganancia potencial de $720 mil dólares.
Para Liliana San Martino, investigadora del INTA Los Antiguos, esta tecnología ayuda a detectar puntos críticos en la cadena de empaque. Al ajustar la maquinaria transportadora, se ha logrado reducir los saltos que producen los daños.
El prototipo incorpora mejoras como un acelerómetro avanzado y encapsulado optimizado para soportar impactos. Su éxito ha despertado interés en productores de Argentina y Chile, vislumbrando una nueva era de calidad para las cerezas argentinas de exportación.
Esta innovación podría transformarse en una herramienta esencial para el sector, permitiendo tomar decisiones informadas que optimicen la cadena de valor de las frutas finas del país.