Con una inversión menor a 5 dólares por hectárea, nuevas tecnologías, como los bioestimulantes, buscan garantizar rendimientos y calidad incluso en condiciones adversas.
El cambio climático se ha convertido en uno de los principales desafíos para la agricultura global. Fenómenos como la sequía afectan la productividad de los cultivos, exigiendo soluciones innovadoras para mantener el rendimiento y la calidad. Entre estas alternativas, los bioestimulantes están ganando terreno por su capacidad para proteger y nutrir los cultivos frente a estas adversidades.
Un ejemplo destacado es el uso de bioestimulantes que combinan tecnologías microbiológicas avanzadas con elementos tradicionales como nitrógeno, fósforo y potasio (NPK), esenciales para el desarrollo de las plantas. “Además de nutrir, BLONOS, nuestro bioestimulante, aporta microorganismos benéficos que mejoran la salud del suelo, fortalecen los sistemas radiculares y potencian la capacidad de las plantas para absorber agua y nutrientes.”, afirmó el ceo de Bloemen, Walter Bejanuel.
La eficacia de estas tecnologías no solo se observa en laboratorios, sino también en el campo. En Bolivia, productores de soja que aplicaron bioestimulantes junto con herbicidas lograron superar una sequía de 90 días sin afectar el rendimiento de sus cultivos. Mientras que los lotes no tratados mostraron signos claros de estrés hídrico, los que recibieron tratamiento presentaron un desarrollo óptimo y lograron rendimientos satisfactorios.
Estos resultados reflejan el potencial de los bioestimulantes para enfrentar el impacto del cambio climático en la agricultura, proporcionando a los productores una herramienta clave para mantener la productividad. “A lo largo de los años hemos ido desarrollando ensayos con el INTA que nos permiten afirmar que la aplicación preventiva de bioestimulantes no solo mejora el estado general del cultivo, sino que también aumenta su resistencia a plagas, enfermedades y estrés hídrico, elementos esenciales para asegurar el éxito de cada campaña.” aseguró Benajuel.
A medida que avanza la campaña gruesa 24/25, los productores buscan soluciones costo-efectivas que les permitan adaptarse a un contexto climático cambiante. Los bioestimulantes a base de compost de guano de gallina formulados por BLOEMEN, con costos accesibles por hectárea y resultados probados en diferentes regiones, se posicionan como una opción prometedora para garantizar rendimientos potenciales, incluso en los escenarios más desafiantes.
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