El INTA confirmó que la carne bubalina tiene más proteínas, menos grasa y un perfil lipídico favorable. Con gran potencial en el NEA y el Delta del Paraná, buscan impulsar su producción.
En zonas donde la ganadería bovina enfrenta limitaciones, como el noreste argentino y el Delta del Paraná, la producción de búfalos aparece como una opción rentable y sostenible. Para potenciar esta actividad, investigadores del INTA estudiaron las propiedades nutricionales de la carne bubalina y propusieron estrategias de manejo.
Según Sebastián Cunzolo, investigador del Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA, contar con información técnica y evidencia científica sobre la carne de búfalo es clave para impulsar su consumo y desarrollo productivo en el país.
Los estudios realizados en el INTA Castelar demostraron que la carne bubalina posee un alto contenido de proteínas y hierro, bajo nivel de grasa y un perfil lipídico favorable, con bajos índices de aterogenicidad y trombogenicidad. Estos atributos la convierten en una opción ideal para consumidores que buscan cortes alternativos y saludables.
Cunzolo destacó cuatro factores esenciales para mejorar la calidad del producto: la selección genética, la alimentación estratégica, el manejo prefaena y el tratamiento posfaena. También recomendó dietas postdestete de entre 100 y 120 días con concentrados, junto con prácticas de bienestar animal y procesos de enfriado controlado tras la faena para conservar las cualidades del producto.



