El mundo entero enfrenta el desafío del crecimiento en la producción de alimentos y energías.
El concepto de sustentabilidad ambiental está ya arraigado en todas las consideraciones productivas y ha generado el concepto de Buenas Prácticas Agrícolas que ya son normas en las Provincias y en la Nación.
Un sector denominado “verde o conservacionista” pretende, a través de su accionar, instalar el rechazo a la producción aunque sea sustentable.
Así, se avanza en la prohibición del uso de los fitosanitarios (maliciosamente llamados agrotóxicos) y, abuso de las limitaciones de las distancias mínimas de aplicación, que dejan miles de hectáreas productivas sin posibilidad de trabajar.
El accionar desconsiderado tan irrespetuoso como ignorante, de los veganos, que bajo falaces paradigmas, esconden los problemas de la dieta que ellos mismos defienden. Negándose a su vez, a corroborar con la ciencia y la tecnología lo que desde la producción se argumenta.
Este es un caso emblemático, pues sus manifestaciones han llegado a la violencia.
Falsos conceptos con la conservación de los montes, leyes de reordenamiento territorial que no solo no defienden lo que deben, sino que, además impiden la producción, el empleo, el arraigo y el desarrollo.
En muchos casos, su aplicación a ultranza genera incendios devastadores que terminan destruyendo lo que se pretendió proteger.
Zonas protegidas que no solo no respetan a los que habitan y trabajan sus tierras con anterioridad, sino que además, contribuyen y expulsan a sus vecinos. Finalmente, para no cumplir su objetivo de conservación.
Estamos en el umbral en el cual, a partir de ahora o trabajamos y ponemos un objetivo en común o se formará una grieta que perjudicará a todos.
Desde CRA instamos a trabajar de manera conjunta entre todos los sectores, con respeto, con conocimientos basados en la ciencia y tecnología y no en doctrinas.