Senasa ofrece medidas para enfrentar el impacto de las altas temperaturas en los tambos.
En plena temporada de calor, el Senasa insta a los productores tamberos a implementar acciones preventivas para mitigar el estrés térmico en los animales. Este fenómeno ocurre cuando las condiciones ambientales superan la capacidad de regulación térmica de los animales, generando cambios en su comportamiento y fisiología.
Entre las principales recomendaciones, se destaca proporcionar sombra suficiente en áreas de ordeñe, alimentación y corrales, utilizando mallas de media sombra con una densidad del 80%. Además, es fundamental garantizar agua fresca y abundante, ya que una vaca lechera puede consumir hasta 140 litros diarios. También se sugiere minimizar el tiempo de espera en mangas y planificar tareas en horarios más frescos.
El estrés térmico no solo afecta el bienestar animal, sino que también repercute en la producción. Reduce el consumo de alimento, la eficiencia reproductiva y la producción lechera, además de aumentar el riesgo de enfermedades y la mortalidad. El Senasa llama a estar atentos a los signos de estrés, como jadeo, aumento de la salivación y disminución del apetito, para actuar de manera temprana.
Adoptar estas medidas no solo protege a los animales, sino que también asegura la sostenibilidad y eficiencia de los sistemas productivos frente a las altas temperaturas.